Controla tu ansiedad: consejos y prácticas

La ansiedad es un problema del que ya nadie se libra. Y es vivir en una sociedad globalizada donde los procesos cada vez se han acelerado más tanto a nivel personal como laboral trae una consecuencia inevitable: la ansiedad.
Hoy te vamos a dar una serie de consejos y prácticas muy útiles que puedes practicar en tu día a día para combatir la ansiedad sin necesidad de tomar medicación para ello como los ansiolíticos.
Antes que nada matizar que la ansiedad es un estado difícil de conceptualizar y que depende mucho de la persona que la está sufriendo. Generalmente se caracteriza por un estado de constante estrés, pensamientos negativos y un estada de alarma constante. Generalmente las personas que sufren de ansiedad suelen ponerse en las peores situaciones y su mente no para de generar pensamientos negativos que empeoran su día a día. Además de que son incapaces de controlar su mente y de relajarse lo que puede degenerar en situaciones desagradables.
Cómo combatir la ansiedad:
1. Conviértete en espectador de tu mente
Cuando no puedes controlar esa voz interior que no para de hablar y generarte malos pensamientos, pensamientos negativos que te sumen en un estado de ansiedad constante, procura ser un espectador imparcial de esa voz.
Esa voz es fruto de una serie de convencionalismos sociales, de una educación y un bagage difícil de eliminar pero al menos puedes intentar separarte de ellos asumiendo el papel de espectador, separándote de ella y verás como pronto se silenciará.
2. No te vayas a dormir con tareas pendientes
Generalmente un punto que aumenta los niveles de ansiedad es el hecho de saber y recordar que tenemos tareas pendientes. Planifícate de forma que puedas alcanzar tus objetivos de manera fácil y las tareas que no puedas hacerlas hoy escríbelas en un papel para mañana, pero vete a dormir con la sensación de las tareas realizadas, no con estrés por terminar con todo.
También puedes aplicar la regla de los dos minutos, es decir si la tarea que tienes pendiente no toma más de 2 minutos llevarla a cabo no la pospongas. Si la tarea requiere de más tiempo, en ese caso planifícala para otro momento o día.
3. Te mereces una hora al día
Reserva una hora para ti al día, para hacer lo que te apetezca y sobre todo aquello que te relaje ya sea hacer deporte, pintar, beber una copa de vino, escuchar música… tómatela con calma, desconecta tu mente de cualquier tarea o pensamiento negativo y disfruta.
4. Haz ejercicio
Hacer ejercicio todos los días, al menos 30 minutos ayuda a combatir la ansiedad y el estrés. El ejercicio libera gran cantidad de endorfinas que son las responsables de las sensaciones de bienestar y relajación.
Hacer ejercicio y especialmente deporte detiene la actividad de las neuronas del hipocampo ventral, que son las encargadas de activar las áreas del cerebro vinculadas con la respuesta de estrés y ansiedad.
5. Vive el presente
Las personas que sufren de ansiedad suelen vivir en el pasado, recreando las peores situaciones del pasado y anticipando un mal futuro, no hagas eso. Céntrate en el aquí y el hora, vive e presente y concéntrate en cada acción que hagas para disfrutarla al máximo.
Cuando te estás obsesionando con este tipo de pensamientos negativos tanto pasados como futuros, para, respira hondo tantas veces como necesites , mira a tu alrededor para ver que nada malo está ocurriendo y concéntrate en lo que estás haciendo en ese momento.
Cuestiona tus pensamientos negativos y catastrofistas, hazte estas preguntas ¿Esa preocupación es realista? ¿Cuántas probabilidades existen de que se realice? ¿Qué es lo peor que podría pasar?
6. Relajación y respiración
Aprende a relajarte y tomarte las cosas con calma. El yoga y la meditación son muy útiles al respecto, al menos procura hacer un ejercicio físico que te ayude a relajar tus músculos.
También puedes utilizar las técnicas de visualización. Una de las más fáciles consiste en cerrar los ojos e imaginar que estás en un lugar tranquilo que te gusta y en el que te sientes a gusto. Imagina todo con la mayor cantidad de detalles y después, simplemente déjate llevar por las sensaciones positivas que estás viviendo.
La respiración es esencial para nuestros estados de ánimo. Cuando respiramos rápido, nuestro cerebro entiende que algo no va bien y que podemos estar en peligro, por lo que aumenta el nivel de ansiedad. Cuando respiramos lenta y profundamente, todas las funciones corporales, incluyendo el latido cardíaco, van al mismo ritmo y nos relajamos con más facilidad.